Cuando los #Sherpas20 dilucidan en la capital, como disminuir la distancia que nos separa a los digitales de los analógicos, en lo que a la eHealth se refiere…
En la capital de Euskadi, Catalina Hoffmann nos presenta al «Matrix» que puede revolucionar la rehabilitación de personas con depresión y trastornos leves o moderados a nivel cognitivo.
Había leído artículos, pero francamente me ha dejado impresionado el nivel de respuesta de este robot-bebé foca, lleno de sensores, cámaras y un afinado software capaz de percibir emociones, gestos, reconocer tu voz, y su tonalidad, así como responder a caricias e interactuar con sus movimientos, vibraciones y sonidos, con la persona que realiza la terapia.
Lo primero que consigue Nuka, es tu sonrisa. No te deja indiferente. Se deja querer, y mediante sus sensores es capaz de interactuar contigo.
Pero todo esto no es fruto de la casualidad, detrás hay un importante trabajo multidisciplinar, que planifica y personaliza para cada usuario su plan de trabajo y realiza el seguimiento del mismo, en base a una valoración previa, que posteriormente chequeará su evolución, para ver si el plan es eficaz o hay que modificarlo, hasta dar un nivel de independencia al usuario.
El robot foca Nuka, no es un juguete, aunque tod@s los que lo hemos tocado esta mañana hemos pensado en quedárnoslo…con una salvedad, su elevado coste. Cada robot supera los 6.000€.
Es probable que esos costes con una producción mayor, en la medida que se extienda su uso, puede permitir que algún día este «Matrix-sanitario» pueda estar al alcance de tu mano.
Y como ha comentado @CatalinaHoffmann: ¿por que no podemos innovar en los mayores?. Es posible, y Nuka es un claro ejemplo de ello.
Como conclusión e hilando con todo lo trabajado por los #sherpas20 en Madrid, esta claro que no podemos ser ajenos a la incorporación de nuevas herramientas, se llamen Nuka, o Skype, que más dá.
Lo importante es que nos aportan valor añadido en nuestro trabajo en beneficio y alianza con nuestros usuarios, sin olvidar la satisfacción como profesionales sanitarios.
No puedo terminar, sin agradecer a Catalina Hoffmann, y su equipo, Mª José, Amparo y un largo etc… por su generosidad al compartir conocimiento y ofrecer a los vitorianos esta interesante terapia, que confío triunfará.